No, no intentes disculparte, No juegues a insistir. Las excusas ya existían antes de ti. No, no me mires como antes, No hables en plural, La retórica es tu arma más letal. Voy a pedirte que no vuelvas más, siento que me dueles todavía aquí, adentro. No se puede dedicar el alma a acumular intentos, Pesa más la rabia que el cemento. Espero que no esperes que te espere después de mis 26, la paciencia se me ha ido hasta los pies.
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